Reseña del editor
Duna y Lucas García tienen el mismo apellido, pero no son hermanos ni primos. Son vecinos y amigos, aunque no siempre ha sido así. Cuando se conocieron, Lucas no quería ser amigo de Duna. ¡Si hasta levantó un muro de cajas en el jardín para no tener que verla! Pero a veces, con un poco de paciencia y humor, la amistad estalla. Y entonces... ¡qué gran hallazgo!
Contraportada
La amistad no se puede imponer: hay que dejarla crecer, con paciencia y buen humor. Y cuando florece, ¡qué descubrimiento tan prodigioso! Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, y si ponemos cariño y constancia, podemos construir amistades maravillosas como la de los protagonistas de este cuento.