Lo que saben los erizos reúne casi una treintena de poemas marcados por la melancolía de la protagonista, que recurre a distintos animales para averiguar cuánto pesa una lágrima. Pero ni la ballena, ni la cigarra, ni la musaraña, ni el león
saben cuándo pasa la negra tristeza. Ese diálogo existencial entre los personajes del poemario es también un diálogo literario entre las composiciones que conforman este libro, cuya estructura responde a una estudiada secuencia temática. Así, mientras acompañamos a la niña en su búsqueda de una solución, descubrimos cómo, cuándo y por qué lloran esas criaturas; incluso aquellas que, por orgullo, ocultan su llanto. Y aprendemos a endulzar con positivismo los malos momentos.