Reseña del editor
Las Investigaciones filosóficas dan a la luz en forma de libro observaciones que conforman, en palabras de su autor, «un conjunto de bosquejos de paisajes», fruto de «recorrer en zigzag un amplio ámbito del pensamiento en todas las direcciones». Tratan del concepto de significado, de comprensión, de proposición, reglas y gramática, necesidad, intencionalidad, justificación y experiencia, sobre voluntad y los estados de conciencia, entre otros asuntos. Sobre el trasfondo del Tractatus logico-philosophicus, y en contraste con él, Wittgenstein trata de dilucidar los problemas filosóficos generados por el uso y el abuso del lenguaje ordinario. Esta labor de desenmascaramiento recurre a un método de «entrelazado» o «trenzado» de los argumentos, en que «se superponen muchas fibras». El minimalismo expresivo y el estilo «aforístico» del texto son así producto de la concisión y la intensidad del pensamiento. Este trabajo reflexivo suscita una pluralidad de lecturas, dejando al lector que siga indagando por su cuenta los problemas y aporte su solución. Como dice Wittgenstein: «No quisiera con mi escrito ahorrarles a otros el pensar. Acaso, si fuera posible, estimular a alguien a tener pensamientos propios». La presente traducción, basada en la cuarta edición revisada de la obra, ha tenido en cuenta los últimos resultados de la investigación sobre los manuscritos originales y las distintas versiones previas del texto publicado póstumamente en 1953.
Críticas
"Que Wittgenstein es uno de los grandes nombres de la filosofía del siglo XX es indiscutible. En sus «Investigaciones filosóficas», que se edita con nueva traducción, aborda los dilemas del lenguaje, el verdadero sentido de las palabras" (Reyes Mate en ABC Cultural).
Biografía del autor
Considerado en la actualidad como uno de los filósofos más originales e influyentes del siglo XX. Durante su estancia en el frente de guerra (1914-1918) trabaja en lo que luego será el Tractatus logico-philosophicus, cuya redacción definitiva es del verano de 1918. En 1929 regresa a Cambridge, doctorándose con el Tractatus como tesis. Recibe una beca y comienza a trabajar en lo que finalmente serán las Investigaciones filosóficas, que no acabará hasta 1949.