Es invierno. El cielo está oscuro. Hace un frío capaz de quebrar los huesos.

Jack y su hermano menor, Matty, viven en la extrema pobreza. No tienen nada, excepto el uno al otro. Y ahora Jack se enfrenta a una cruda elección: permitir que se lleven a su hermano a un centro de estancia temporal para menores o encontrar el dinero por el que su padre fue encerrado en prisión. Jack elige el dinero.

Ava vive una vida de silencio y aislamiento. Durante diecisiete años, su padre, un hombre despiadado, ha controlado su destino y le ha enseñado a no amar a nadie. Ahora él se encuentra tras el rastro del mismo dinero que Jack. Cuando los destinos de Jack y Ava se cruzan, ella habrá de tomar su propia decisión: permanecer en silencio o ayudar a que los hermanos sobrevivan.

Sobre Cory Anderson: 

Cory Anderson nació en Idaho y creció respirando el aire puro y gélido de las escarpadas Montañas Rocosas. Ahora vive en Utah, y cuando no lee o pasea, dedica incontables horas a crear historias, a veces en el bosque, con la única ayuda de un lápiz y un papel, pero poniendo todo el corazón en ello.

La belleza del mundo es su primera novela y uno de los debuts más esperados del año.

¿Podrá un libro embargarte de melancolía a través de sus páginas? Esta pregunta me la llegué a hacer en muchas ocasiones cuando aún no conocía historias que te desgarraran párrafo a párrafo, página a página… y con el paso del tiempo, conforme me consolidé como lectora constante y me di cuenta de que sí era posible y de que además, estos libros eran mis favoritos ya que a través de palabras, no solo me hacían sentir que estaba viva, me hacían reflexionar y en muchas ocasiones dejaban su huella tan impregnada en mí que nunca más volvía a ser la misma.

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Todas esas sensaciones volvieron a mí cuando llegó a mis manos La Belleza del Mundo, un libro impregnado de melancolía que envuelve al lector hasta dejarlo sin habla, sin deseos de volver a quejarse por nimiedades.

Y es que a través de una tercera persona llegamos a conocer la vida de Jack y Matty, unos chicos que han crecido entre delitos y adicciones, con una vida llena de carencias tanto físicas como emocionales y que sin saberlo, deben de enfrentar más situaciones adversas en las que tendrán que andarse con pies de plomo si es que quieren permanecer juntos y sobre todo sobrevivir.

La trama inicia fuerte desde el primer capítulo y nos presenta una situación sumamente delicada en la que Jack debe de tomar una decisión tan apresurada que ni siquiera le permite procesar sus emociones y lo obliga a actuar  con tal de proteger a su hermano, en esta historia lo que más predomina son los lazos de hermandad.

En cada inicio de capítulo nos encontramos con lo que pareciese parte de un diario que nos habla un poco de la perspectiva de Ava, otro de los personajes principales, pero aquí nada es lo que parece por lo que debes de prestar mucha atención. Ella es una chica que, al igual que los hermanos Dahl, no ha crecido en un buen seno familiar ya que desde que era una niña ha tenido que vivir con la ausencia de su madre y con su padre, quien además de ser un criminal, la asfixia con una sobreprotección enfermiza, mal sana, que la ha hecho creer que cualquier indicio de emoción no tiene cabida en su ser y que debe de evitarlo o saldrá perjudicada.

La vida de estos chicos converge gracias a un robo cometido por Leland Dahl, motivo por el cual se encuentra preso. El dinero de dicho robo nunca fue localizado y es por eso que Jack inicia `la búsqueda del tesoro´, ese tesoro que es como una panacea en la vida de él y su hermano, quienes de momento luchan por sobrevivir prácticamente a la intemperie en un clima gélido en donde por supuesto, la comida es escasa. Y es en la búsqueda de este dinero en la que tanto los chicos como el lector nos sumergiremos en un thriller lleno de suspenso que nos mantendrá al borde de la silla y en mi caso, con una angustia constante.

En esta ocasión no puedo decirles quién fue mi personaje favorito pues admire mucho la madurez de Matty, la solidaridad de Ava y por supuesto, la valentía de Jack. Pero no solo admire a los personajes, admire la pluma de Cory Anderson, quien me dejó embelesada con la manera casi poética en la que transmite emociones, te abraza con la melancolía y te despierta deseos de protección hacia esos chiquillos que lo único que quieren es mantenerse juntos.

Un libro que nos enseña qué no importa qué tan adversa sea la situación en la que nos encontremos, siempre podremos encontrar La belleza del mundo.