Reseña del editor Todos los libros de Verne se han ido cumpliendo paso a paso: el que habla del cine sonoro, el que adivina el batiscafo, los que intuyen los rascacielos, el helicóptero, la bomba atómica, la televisión, los satélites (...). Pero ¿es que esas cosas no estaban inventadas en la época en que vivió el escritor (1828-1905)? Pues no. Estas genialidades, muchos de estos inventos, los anticipó Verne en sus libros. El viaje de La vuelta al mundo en ochenta días está lleno de fantásticas aventuras. Y a lo largo de todo el libro conocemos a personajes curiosísimos, que hacen que esta obra no pase de moda y esté siempre en vanguardia. Es un relato increíble, en el que su protagonista, Phileas Fogg, nos lleva a lugares remotos en diversos medios de transporte. Biografía del autor Jules Verne nació en Francia, cerca de Nantes, el 8 de febrero de 1828. Era hijo del abogado Pierre Verne, hombre autoritario, que se opuso desde el principio a que su hijo se dedicara a la literatura. En 1850, una vez finalizados sus estudios de Leyes en París, Verne comunicó a su padre su firme deseo de quedarse en esa ciudad para dedicarse por entero a la literatura. Pierre Verne tuvo entonces que aceptar la voluntad de su hijo y renunciar a la idea de que este se hiciera cargo del bufete familiar. Precisamente en París, el joven Jules había entrado en contacto con importantes escritores de su época y había publicado sus primeras obras: «Las pajas rotas» y «Once días de sitio», comedias estrenadas en 1850. Por esta misma época, cuando Verne, apasionado por la geología, la astronomía, la ingeniería, y en general por todos los nuevos inventos y descubrimientos de su tiempo, tuvo la idea de desarrollar un nuevo género narrativo que divulgara, a través de relatos de aventuras, los modernos conocimientos científicos. Así creó el género de la ciencia ficción y, con una enorme capacidad de anticipación, fue capaz de describir en sus obras, cien años antes de que se hicieran realidad, inventos como los cohetes espaciales, los aviones, los helicópteros, los submarinos, el aire acondicionado, los misiles dirigidos o las imágenes en movimiento. Para Jules Verne, fue importantísimo el encuentro en 1862 con el que sería su editor, P. J. Hetzel, el cual estaba al corriente de las nuevas ideas y buscaba nuevos talentos. Con él publicó en 1863, «Cinco semanas en globo», novela que alcanzó un enorme éxito. Hetzel y Verne iniciaron así una colaboración que duró más de cuarenta años y que hizo posible una extensa colección de sesenta títulos que se llamó «Viajes extraordinarios». Entre los títulos más importantes de esta colección podemos mencionar «Viaje al centro de la Tierra», publicada en 1864; «De la Tierra a la Luna» y «Alrededor de la Luna», publicadas ambas en 1865; o la famosa trilogía compuesta por «Los hijos del capitán Grant» (1867-1868), «Veinte mil leguas de viaje submarino» (1870) y «La isla misteriosa» (1874). A pesar de su éxito literario, la vida familiar y personal de Jules Verne no fue del todo feliz. Durante toda su vida sufrió ataques de parálisis y, debido a su diabetes, acabó perdiendo la vista y oído. Su hijo Michael era un niño difícil que acabó dándole numerosos problemas, y Verne, que había tenido que sufrir a un padre autoritario, lo fue también con su hijo al que no le dio el afecto que necesitaba. Por si fuera poco, su sobrino favorito, Gastón, que padecía una enfermedad mental, le disparó dos veces en una pierna con un revólver. La herida se complicó, dejándolo inválido para el resto de su vida. Verne también se interesó por la política y fue concejal de Amiens en 1888; fue reelegido en 1892, 1896 y 1900. Murió el 24 de marzo de 1905. Su funeral se celebró el 28 de marzo de 1905. El padre de la ciencia ficción fue sepultado en Amiens en el cementerio de la Madeleine.