El tiempo ha pasado y Caperucita no se ha recuperado de la muerte del lobo. Si las cosas hubieran sido diferentes, quizá nadie habría salido herido… Es por eso que la niña ha escrito cientos de cartas para comunicarse con él. Desafortunadamente, ninguna llega. La niña encontrará un inesperado aliado que le brindará la fórmula para llegar hasta el lobo y decirle todo lo que siente.