Federico II y la Prusia del siglo XVIII: 20 (Historia)

$ 1,225.00
ISBN: 9788413570495
por Síntesis
Reseña del editor

La figura de Federico II de Prusia ha sido históricamente sobrevalorada, hasta el punto de que se le ha otorgado, a divinis, el título de “el Grande”. Esto ha formado parte de la creación de un imaginario colectivo en el que tuvo mucha importancia la historiografía decimonónica. En esta obra se realiza un análisis de la Prusia del XVIII, del dinastismo, de las políticas interior y exterior, de la geoestrategia y del movimiento ilustrado. Se estudia en profundidad la interesante figura de Federico II y se explica que no todo fue el resultado de sus acciones. En los éxitos que se le computan, pesó mucho la tradición política de la casa de los Hohenzollern y, sobre todo, algunos de sus predecesores. Estos fueron los que sentaron las bases y activaron las inercias que impulsaron al Rey Filósofo en una dirección que ya tenía marcada. El rey Federico II no fue un gran reformador como su padre, que innovó notablemente, sino que supo continuar en la senda que dejó indicada su predecesor, Federico Guillermo I. José Ignacio Ruiz Rodríguez es catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Alcalá.

Contraportada

La figura de Federico II de Prusia ha sido históricamente sobrevalorada, hasta el punto de que se le ha otorgado, a divinis, el título de “el Grande”. Esto ha formado parte de la creación de un imaginario colectivo en el que tuvo mucha importancia la historiografía decimonónica. En esta obra se realiza un análisis de la Prusia del XVIII, del dinastismo, de las políticas interior y exterior, de la geoestrategia y del movimiento ilustrado. Se estudia en profundidad la interesante figura de Federico II y se explica que no todo fue el resultado de sus acciones. En los éxitos que se le computan, pesó mucho la tradición política de la casa de los Hohenzollern y, sobre todo, algunos de sus predecesores. Estos fueron los que sentaron las bases y activaron las inercias que impulsaron al Rey Filósofo en una dirección que ya tenía marcada. El rey Federico II no fue un gran reformador como su padre, que innovó notablemente, sino que supo continuar en la senda que dejó indicada su predecesor, Federico Guillermo I. José Ignacio Ruiz Rodríguez es catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Alcalá.