Desnudarme, desnudarte, permitirte ser mi herida, con esa querencia bélica que tanto te caracteriza. Darte el poder del daño, la calidad de hiriente. Solo las personas queridas adquieren ese hábito: No hay dolor en la indiferencia, pero TÚ eres diferente.
- Idioma: Español
- Libro Impreso
- Nuevo y sellado