Por debajo de un mínimo de bienestar y de educación -afirma el autor- las personas no alcanzan siquiera a comprender la noción del bien y del mal morales, lo cual significa que sin justicia social no pueden haber una adecuada formación en valores, y aunque ésta puede ayudar a la implantación de justicia, no es suficiente para promoverla.En la segunda mitad del siglo xx, la enseñanza de la ética en la edicación básica se basaba en la moral social, jurídica y política, y se impartía como civismo. Sin embargo, la falta de formación valoral y antropológica filosófica de los maestros para instruir en valores de forma efectiva, redujo a esta materia al mero inductivismo.Hoy, la enseñanza de la ética vuelve a las aulas de educación básica y Carlos Díaz, asiduo estudioso de los valores, se dio a la tarea de diseñar un sistema para la formación valoral el cual expone en este libro, con fundamento en la antropología filosófica personalista y comunitaria; a partir de ella y de manera congruente, estructuró una escala de valores y sus correspondientes virtudes, a fin de que el educador pueda aplicarlo en la escuela con profesionalismo, e impartir una ética que sea capaz de ayudar a los educados a mejorar en las esferas personal y social.
- Libro impreso
- Edición: 1
- TRILLAS