Familias como los Borja, han existido muy pocas en la historia de Europa: un linaje venido de fuera de Italia, salido de la nada, que en cincuenta años diera dos papas y una docena larga de cardenales, que se instalaron durante medio siglo completo en el centro mismo de un poder turbulento, y que al llegar al punto más alto desapareciera de golpe para caer inmediatamente en la leyenda entra, en la infamia y en la destrucción de la memoria. Una familia excepcional, misteriosa y polémica, enormemente atrayente, que la prosa magistral de J. F. Mira reivindica y divulga en esta obra.