Reseña del editor Tras las grandes convulsiones que padeció la Península Ibérica desde el derrumbamiento del Imperio romano en el siglo V y, sobre todo, tras la pérdida de España a manos del Islam en el siglo VIII, emerge en las estribaciones del Pirineo occidental el Reino de Navarra, auténtico crisol de lenguas y culturas diferentes. En su conformación como comunidad política, una y plural, desempeñó un papel fundamental el Fuero, conjunto de normas e instituciones garantes de la libertad colectiva del pueblo navarro. Desde su aparición a finales del siglo XIX, el nacionalismo vasco no ha cejado en su empeño de conseguir que Navarra diluya su personalidad en el seno de Euzkadi o Euskalherria. Tras una serie de intentos fracasados, en nuestros días el aberzalismo radical ha trasladado su lucha totalitaria y revolucionaria al campo de la historia, con una manipulación sin precedentes, con el fin de lograr la integración del pueblo navarro en la pretendida República Confederal euskalherríaca y su conversión en un territorio histórico más de una nación vasca que jamás ha existido. El apasionante relato histórico de Del Burgo pone claramente de manifiesto que Navarra nunca se apartó de su vocación española, uno de los componentes esenciales de su recia identidad como pueblo libre, tanto en momentos de triunfo y de derrota, de éxitos y de fracasos colectivos. Un régimen foral, plenamente democrático y paccionado con el Estado, le asegura un elevado nivel de autogobierno. Navarra disfruta de un impresionante desarrollo en todos los órdenes y es pionera en educación, sanidad y servicios sociales. Es un vivo ejemplo de cómo es posible armonizar la consecución del estado de bienestar en un marco de libertad, justicia social, igualdad y solidaridad. Biografía del autor Jaime Ignacio del Burgo (1942) es un jurista, político y publicista navarro. Doctor en Derecho y Abogado-Economista por la Universidad de Deusto. A lo largo de su dilatada trayectoria ha llevado a cabo una intensa actividad profesional, primero en la empresa privada, después en la Administración Foral de Navarra y desde 1975 ejerce la profesión de abogado. Fue Senador por Navarra (1977-1982 y 1986-1989), Diputado al Congreso (1989-2008) y Parlamen¬tario foral de Navarra (1979-1987). En abril de 1979 se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente de la Diputación Foral de Navarra o Gobierno de Navarra (1979-1984). Es Académico correspondiente de las Reales Academias de la Historia, de Ciencias Morales y Políticas, y de Jurisprudencia y Legislación. Pertenece a la Orden del Mérito Constitucional y está en posesión de la Cruz de Honor de la Orden Civil de San Raimundo de Peñafort. En el proceso constituyente, como miembro de la Comisión Constitucional del Senado, participó activamente en la elaboración de la Constitución y de manera especial en la redacción de la disposición adicional primera (derechos históricos de los territorios forales) y de la disposición transitoria cuarta (derecho de Navarra a decidir libremente su destino en la España de las autonomías). Asimismo, fue promotor y se le considera «autor intelectual» del Amejoramiento del Fuero de Navarra de 1982. Es autor de 36 libros sobre temas constitucionales, históricos, forales y políticos así como de casi un gran número de trabajos monográficos publicados en revistas especializadas y de cientos de artículos en la prensa navarra y nacional.