Reseña del editor
Un niño tiene que enfrentarse a un compañero de clase violento, y, ante esta situación a la que no quiere hacer frente, pide a su mesa que le trague; la mesa, efectivamente, se lo traga. Y el niño va a parar al país de las cosas que se pierden o que se olvidan. Encuentra a muchos amigos que también, como él, tuvieron miedo alguna vez, o no quisieron enfrentarse a situaciones comprometidas (como el puré de verduras que no querían comer); todos esos niños pidieron ser tragados y fueron a parar allí. Entre estos niños está, para su sorpresa, el violento compañero de clase que tanto temía.
Críticas
Un niño tiene que enfrentarse a un compañero de clase violento, y, ante esta situación a la que no quiere hacer frente, pide a su mesa que le trague; la mesa, efectivamente, se lo traga. Y el niño va a parar al país de las cosas que se pierden o que se olvidan. Encuentra a muchos amigos que también, como él, tuvieron miedo alguna vez, o no quisieron enfrentarse a situaciones comprometidas (como el puré de verduras que no querían comer); todos esos niños pidieron ser tragados y fueron a parar allí. Entre estos niños está el violento compañero de clase que tanto temía; al ver que incluso él tiene sus propios miedos, decide que lo mejor es enfrentarse a las cosas, pues le ha dado demasiada importancia a sus problemas y en realidad sólo necesita intentar resolverlos para quitárselos de encima. El niño vuelve al mundo real y se enfrenta con sus miedos.
Biografía del autor
Gabriela Keselman nació en Buenos Aires, Argentina. Ha dedicado su vida profesional a la creatividad infantil. Trabajó en la revista Ser Padres Hoy y ha publicado 80 libros para niños en Argentina, España y México, algunos traducidos al alemán, italiano, portugués, chino y japonés. En 2006, recibió el Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM, junto al ilustrador Pep Montserrat, y el Premio Destino Infantil Apel·les Mestres, junto a la ilustradora Claudia Ranucci.
Marcelo Elizalde nació en Buenos Aires, Argentina. Comenzó su carrera como ilustrador hace más de cuarenta años, desde entonces ha sido dibujante de numerosas revistas y diarios, entre ellos el periódico argentino La Nación y la revista infantil Billiken. Ha ilustrado decenas de libros de literatura infantil y juvenil para editoriales de diversos países. Aunque hace años que utiliza casi exclusivamente el ordenador para dibujar, a lo largo de su carrera ha utilizado toda clase de materiales y técnicas.