El primer día de invierno de 2016 se juntaron en Irún Eduardo Madina y Fermin Muguruza. La excusa fue una entrevista para el magazine 'JotDown', aunque cualquier pretexto hubiera sido bueno para reunir en lamisma mesa a estos dos vascos con trayectorias vitales aparentementedistantes. Madina, político socialista que sobrevivió a un atentado de ETA en 2002, y Muguruza, histórico líder de Kortatu y referentemusical de Euskadi, compartieron café y conversación mientras eldibujante Alfonso Zapico retrataba el instante en su cuaderno.Aquellos bocetos fueron la génesis de 'Los puentes de Moscú', que esel relato de varias generaciones de jóvenes vascos cuya propiahistoria se dibuja en blanco y negro.
En el mundo de hoy, donde cada día se levanta un nuevo muro en algunaparte, hacen falta más puentes. Ésta es una historia de puentes, deseres humanos que, aún escasos y frágiles, ansían unir las dos orillas de una sociedad compartida. Alfonso Zapico, autor de cómic y contador de historias, se considera sobre todo ?dibujante de conflictos.Ninguno tan difícil de comprender ?y de explicar? como este de aquí.Tan cruel en sus pequeños detalles, tan doloroso en sus silencios.Dibujar los años negros de Euskadi es embarrar los zapatos en uncharco. ¿Por qué lo hago? Por curiosidad, por ver la desembocadura.Tal vez el charco sea ya la desembocadura. Al fondo se ve el mar?,concluye el autor asturiano apoyándose en su admirado Claudio Magris.